Con todo mi corazón, dejo atrás los clavos y me agarro a la luz del sol.
Hoy empieza un nuevo día, en que en la cima de la montaña gozo de las vistas y abrazo el camino recorrido. Y me dispongo a continuar, todavía hay que andar más y llegar más arriba. Y acepto lo que venga, aunque puede que por el camino no me guste lo que me toque vivir y hacer, y además pueda equivocarme, sé que al final servirá para llegar a mi destino.
La luz es para compartirla y expandirla, y eso es nuestro cometido.

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